El pueblo maya tiene una larga tradición de crear figuras cerámicas y tenemos la suerte de que muchas se hayan conservado en excelente estado hasta nuestros días. Estas figuritas nos abren una ventana al pasado para poder entender modas, artefactos e incluso ideales de belleza.
La fantástica figura cerámica que ves en nuestra publicación proviene de algún lugar del norte del área maya (muy probablemente Campeche o Yucatán) y nos muestra un retrato de cuerpo completo de un guerrero. Este guerrero resalta particularmente por su larga cabellera, que porta orgullosamente sobre su cabeza y por un hermoso trabajo de escarificación facial sobre su frente.
En su mano izquierda tiene un escudo rectangular. Se sabe que este tipo de escudos eran plegables, y por sus detalles, podemos suponer que estaba cubierto de plumas. En su mano derecha probablemente tenía una lanza, hoy perdida en el tiempo.
Somos sumamente dichosos de que estos retratos hayan llegado hasta nuestros días. En algunas partes del área maya se solía enterrar a personas con este tipo de figurillas y se ha propuesto que pueden ser retratos de personas reales que eran depositadas sea como acompañantes, o como retratos de la persona fallecida.
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© Imagen tomada de la página web del Art Institute de Chicago, donde la pieza se encuentra actualmente. La pieza fue saqueada en un momento y lugar desconocido y fue llevada al museo en 1963, aparentemente proveniente de una colección privada.
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